Editorial: Nuestro modelo de desarrollo debe considerar en materia ambiental una nueva normativa legal, además de una seria apuesta en innovación y nuevas tecnologías

Un lugar único, con una biodiversidad amplia que puede ser destruido. Un lugar que la ciencia ha puesto en valor con un amplio estudio de una zona rica en fauna marina, especies florales endémicas y la presencia de bioclimas que otorgan un grado de valor tan amplio a toda esa zona de la región de Atacama.

Los cuestionamientos al Proyecto Minero Dominga, nos llevan indudablemente a cuestionar severamente la mirada de este gobierno, que ya en sus últimos meses impulsa un proyecto que cruza las miradas de una gran mayoría de ciudadanos sobre los lineamientos que se deben adoptar en vía de nuestro desarrollo.

El Estado debe garantizar a todos los ciudadanos vivir en un ambiente libre de contaminación, y en este caso no se han explorado todas las alternativas que lo hacen posible. El impacto ambiental de estos proyectos son destructivos de esos medioambientes en un muy alto porcentaje.

Por una parte, esta el natural deseo de un mayor desarrollo para algunas zonas históricamente postergadas, pero por otro  lado está también el natural de deseo de todos de un crecimiento sustentable, equilibrado, que sea amigable  y que respete el derecho de todos a vivir en ambientes libres de contaminación.

El ecosistema del archipiélago de Humbold debe ser protegido, y proyectos de esta índole no deben ser permitidos. El Estado debe proteger a todos, pero nuestra legislación no lo hace en plenitud, es débil en asuntos medioambientales, y se requiere mejores barreras y fiscalizaciones, y mientras no existan medidas coherentes, leyes claras que eleven los estándares de protección ambiental a niveles muy altos, este tipo de proyectos no deberían ni siquiera ser discutidos.

Pero claramente existen intereses marcadamente económicos, falta de compromiso en buscar alternativas más equilibradas de esta administración, de otra forma no se explica esta discusión, en momentos en que hay recursos judiciales pendientes sobre este proyecto, además de una mirada marcadamente empática de la ciudadanía sobre estos temas. No es posible que por aumentar los bolsillos de unos pocos, el país pierda recursos que no pueden ser recuperados, nunca más.

Adquiere mucha relevancia el trabajo de la Convención Constituyente en este aspecto, ella tiene la potestad en este minuto de marcar una mirada definitiva sobre el tema medioambiental, definir espacios protegidos en los cuales no sea posible instalar ningún tipo de faena que altere equilibrios ecológicos naturales, que determine normas claras y exigentes que se basen en instancias internacionales, porque vienen empresas extranjeras a intentar asentar negocios en nuestro territorio, mismos que en sus países de origen no están permitidos, y que además permitan una discusión desde la ciudadanía sobre la pertinencia o no de estos proyectos, eliminando la posibilidad que sólo sea discutida por un comité que se limita a resolver lo que se le ordena desde Santiago.

Ya son muchos ejemplos en que estos proyectos afectan la sustentabilidad, no sólo los mineros, también los pesqueros, forestales, de energía, etc. No basta como argumento que estos proyectos generan puestos de trabajo, hay que mantener siempre en vista, que proyectos como este han generado «zonas de sacrificio», como Puchuncaví en la región de Valparaíso,  o la zona de Til Til, en la región metropolitana, donde las comunidades ha quedado atrapadas por los efectos palpables hoy día de los nefastos resultados de estos proyectos que al paso de muy poco tiempo han impactado negativamente de manera muy severa a estas comunidades.

El desafío para los próximos gobiernos es encontrar medios más eficientes de ampliar nuestra matriz de  crecimiento pero desde zonas de desarrollo limpias, equilibradas. Que no se basen sólo en la explotación de recursos no renovables, que impactan el medio ambiente, debemos explorar alternativas que no se basen exclusivamente en faenas extractivas, y aquí adquieren importancia la innovación y el modelo de desarrollo sustentable con nuevas tecnologías.

Desde la ONU advierten de los serios peligros que el Cambio Climático provocará en nuestro ecosistema, sequías prolongadas, aumento de la temperatura global y un deterioro generalizado de los biosistemas en todo el planeta.

El desafío es buscar alternativas desde la innovación, con políticas de largo plazo, que generen inversión limpia y sustentable, y que permita el uso de tecnologías que protejan nuestros ecosistemas, que habiliten una huella de carbono neutral, Chile puede cambiar su normativa, debe proteger sus recursos de una manera mucho más clara y quien quiera una parte de estos, antes de pensar en algún proyecto debería en un futuro cercano, saber que debe realizar una inversión mucho mayor que la que hace hoy, porque nuestro nuestro medioambiente debe permanecer limpio, intacto y con garantías de ser preservado como el bien mayor de nuestro Patrimonio.

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