La policía antidisturbios de Marruecos se enfrentó a cientos de inmigrantes que intentaban cruzar hacia el enclave español.
Ceuta, 19 de Mayo de 2021.- Unos trescientos migrantes marroquíes protagonizaron la noche de este miércoles disturbios y se encararon con la policía al intentar franquear el despliegue policial en Castillejos, a casi un kilómetro de la carretera principal hacia la ciudad norteafricana española de Ceuta.
El avance de los agentes antidisturbios para empujar a los migrantes agrupados en la carretera costera, la mayoría de ellos menores, desembocó en una reyerta entre ambos grupos cuando los emigrantes se pusieron a lanzar piedras contra las fuerzas marroquíes y quemar neumáticos, lo que levantó una espesa humareda visible desde muy lejos.
Los migrantes empezaron a correr por todas partes, al mismo tiempo que trataban de trepar por la colina de Belyunesh que se asoma sobre Ceuta para intentar acercarse a la frontera, pero nadie de entre ellos logró acercarse a la carretera principal que da hacia Tarajal, único punto regular de acceso y donde hay un importante despliegue de seguridad.
Inédita crisis migratoria
A varios kilómetros del lugar de estos incidentes, la vida normal no parece verse afectada, y se observa un movimiento normal de coches y las personas que se encuentran en el malecón de la ciudad, punto de reunión social.
La inédita crisis migratoria de Ceuta se disparó el pasado lunes cuando una multitud de personas, la mayoría de ellos marroquíes, se abalanzaron sobre los vallados y el espigón que separa Ceuta y Castillejos, consiguiendo entrar en la ciudad autónoma más de 8.000 personas.
De ellos, 5.600 han sido ya devueltos, pero entre los restantes hay unos 1.500 menores en la ciudad autónoma. Estas cifras no tienen precedentes en la historia.
Este miércoles la presión migratoria bajó sustancialmente tras la intervención de la policía marroquí, aunque la crisis diplomática entre España y Marruecos sigue sin resolverse.
Controladas por España durante siglos y reivindicadas por Rabat, los enclaves españoles de Ceuta y Melilla en el norte de Marruecos son las únicas fronteras terrestres de la Unión Europea con África y habituales puntos de paso de migración irregular.