Después de cada elección siempre son pocos los perdedores. De una u otra óptica buscan justificación a los resultados que para todos tienen un tinte positivo.
Esta segunda vuelta en la elección de Gobernadores Regionales, sin embargo si dejó en claro algunos aspectos, que serán motivo de un exhaustivo análisis de cara a las próximas elecciones presidenciales.
Sin duda, los grandes perdedores es Chile Vamos, a el ya conocido problema que le impone un Gobierno muy complicado con malas decisiones y un gran rechazo ciudadano, se suma el poco tiempo que tiene para recomponer sus fuerzas en busca de alguna opción en la primera vuelta presidencial. Chile Vamos sólo obtuvo una gobernación en todo el país, y consiguió en la cifra global muy pocos votos, sólo expresó de manera contundente los votos del rechazo en la zona oriente de Santiago.
En tanto, Unidad Constituyente se quedó con un gran porcentaje del país esto es 10 gobernaciones, pero con una baja participación, lo que no permite proyectar estos resultados hacia la presidencial, ya que sus precandidatos marcan en torno al 2% y sería muy difícil creer que pudieran lograr mayor adhesión en los próximos meses. Narváez del PS y Maldonado del PR, están en esa condición, pero por el lado aparece la figura de Yasna Provoste que mantiene sobre 14% de aprobación, hecho que si permite vaticinar que existe la posibilidad que la centro izquierda pudiera ir con una candidata DC a la primera vuelta.
Quienes sacan mejores cuentas son el Frente Amplio y el PC, logran más de 700.000 votos con Comunes, partido que apostó por Karina Oliva, quien con estos números suma un gran caudal para la izquierda. Caudal que debería ser trabajado pues podría tener que enfrentar a Provoste, que de ser la candidata del bloque de centro izquierda, en una segunda vuelta, seguramente contaría con el apoyo de la derecha, y ese es el desafío mayor del FA y el PC, definir una potente autocrítica que los lleve a establecer una mejor estrategia para motivar el voto que en esta ocasión no se movilizó.
Las candidaturas del sector, Boris y Jadue, no retroceden y se mantienen en los mismos parámetros ya conocidos, y sin duda aumentan su competitividad en un escenario no muy complejo, ya que quedar bajo por sólo 5 puntos, sin dudas que no es demasiado significativo.
Queda sólo un elemento por definir en este escenario y es el factor «voto obligatorio» que deberá ser prontamente despejado por el ámbito legislativo, cambiará las equilibrios que ya se están instalando, ese es el desafío de la política, que busca ganadores que con el respaldo de las urnas le den al país estabilidad para trabajar en avanzar hacia un desarrollo equitativo que nos beneficie a todos.