La inteligencia estadounidense comunicó a la Casa Blanca que dispone de gran cantidad de pruebas sin examinar que podrían arrojar luz sobre el origen del virus.
Washington, 28 de Mayo de 2021.- Tras el llamado del presidente de EE. UU., Joe Biden, para que se investigaran en un plazo de 90 días los orígenes del coronavirus se produjo después de que la inteligencia del país comunicara a la Casa Blanca que dispone de gran cantidad de pruebas sin examinar, que podrían arrojar luz sobre este asunto.
Así lo explica este viernes The New York Times, que además asegura que los servicios de inteligencia del país le pidieron a Biden tiempo adicional para analizar mediante procesos informáticos todo el material de que disponen.
El diario cita como fuente a los funcionarios de inteligencia, y explica que estos servicios tratarán de aplicar una cantidad «extraordinaria» de recursos informáticos para comprobar si el Sars-Cov-2 se filtró accidentalmente de un laboratorio de Wuhan, en China, epicentro de la pandemia.
Intercambio de acusaciones
La iniciativa de Biden, que ha generado un intercambio de acusaciones en Pekín y Washington, tiene como objetivo presionar a los países aliados y a las agencias de inteligencia estadounidenses para que extraigan información existente sobre el tema, como interceptaciones, testigos o evidencias biológicas, así como buscar alguna prueba que pueda determinar si el Gobierno chino encubrió un accidente.
No obstante, The New York Times recuerda que el esfuerzo por obtener evidencias de las comunicaciones interceptadas dentro de China, un objetivo notoriamente difícil, ha dado poco resultado. Antiguos funcionarios de inteligencia y otros en activo han dicho que dudan mucho de que alguien encuentre un correo electrónico, un mensaje de texto o un documento que aporte pruebas de un accidente de laboratorio.