Bosques comestibles: Un desafío para ambientes urbanos y agrícolas

Por Dr. Mauricio González Chang, Ingeniero Agrónomo, académico del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias, Universidad Austral de Chile. Experto en Agroecología.  

Los árboles pueden tener múltiples funciones en el suelo. Una muy importante es la capacidad de mantenerlo mediante sus raíces ante procesos de erosión. Por ejemplo, es crucial tener árboles en las pendientes donde, debido al escurrimiento superficial que se puede generar por las lluvias, su presencia permite disminuir el transporte de sedimentos hacia cursos de agua.

Otra de sus funciones es su capacidad para agregar materia orgánica a los suelos a través del desprendimiento de sus hojas, las que contribuyen con el secuestro de carbón al interior del suelo, además de capturar carbono en su tronco, ramas, hojas y raíces mediante la fotosíntesis, proceso que transforma el carbono atmosférico en celulosa y lignina, entre otros.

Existen algunas especies de árboles de las familias de las leguminosas, que tienen la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico y así mejorar la fertilidad del suelo. Uno de ellos es el Aromo, un árbol exótico que se considera maleza y planta invasora en algunos contextos, y que sin embargo, al depositar sus hojas en el suelo mejoran la fertilidad de éste cuando comienzan a degradarse, liberando sus nutrientes.

Además del beneficio que pueden entregar estas especies arbóreas al suelo, también favorecen al ser humano, a través de la interacción con los insectos. Especialmente los árboles nativos como el Ulmo y el Tineo, atraen insectos que permiten su polinización y la de otras plantas, además del control biológico de plagas. Por ejemplo, moscas de la familia de los sírfidos se han visto atraídas por las flores del Ulmo, lo cual promueve su polinización, pero al mismo tiempo, las larvas de estas moscas son ávidos depredadores de pulgones. Así, los árboles de Ulmo podrían contribuir al control de pulgones en sistemas agrícolas que buscan la diversificación con bajo uso de insumos externos.

Por lo mismo, en sistemas agrícolas se podrían establecer árboles en los bordes de los campos, donde cumplirían múltiples funciones: servir como cortina cortavientos, refugios para los animales en condiciones climáticas extremas  y atraer insectos que puedan generar beneficios al interior del cultivo, como polinización y control biológico de plagas.

Dentro del contexto de los bosques comestibles, se plantea el uso de especies que puedan generar alimentos, que también pueden ser arbustivas como el caso de la murta o la zarzaparrilla que permiten la producción de frutos.

El concepto de bosque comestible además de producir alimentos, se puede entender como un espacio donde se aportan materiales que pueden ser útiles para la sociedad, como fibras para la construcción de cestas u otros productos, además de forraje disponible para animales en épocas de baja disponibilidad alimenticia. Existe conocimiento local generado a través de la experiencia y observación de agricultores en zonas cordilleranas y del valle central del sur del país, donde, por ejemplo, se utilizan las ramas de Maitén como forraje para los animales durante el invierno.

En las ciudades, las plantas nativas también tienen un rol muy importante. En Valdivia, el municipio ha avanzado en esfuerzos para establecer plantas nativas en plazas y parques, mediante su propagación en el vivero municipal ubicado en el parque SAVAL. Un ejemplo es lo que ocurre en el Paseo Libertad, en el centro de la ciudad, donde las plantas son nativas, y no solo aportan a la biodiversidad sino también generan bienestar en las personas asociado a los colores, texturas y olores que presentan estas especies.

Por lo tanto, generar espacios en las ciudades para el desarrollo de plantas nativas, permitiría crear beneficios tanto desde el punto de vista estético como económico, ya que el uso de estas plantas adaptadas a las condiciones locales, requiere una menor mantención.

Considerando además la seguridad alimentaria, estos espacios urbanos para el establecimiento y desarrollo de plantas nativas también podrían contribuir a reducir las brechas para acceder a alimentos diversos, ya que los frutos podrían ser consumidos por los habitantes locales.

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