Por Mg. Jenny Katherine Caniupan Caniupan
Enfermera Docente Carrera de Enfermería
Universidad Autónoma de Chile, Sede Temuco
El virus respiratorio sincicial, más conocido como VRS, es uno de los enemigos más temidos por las familias chilenas durante el invierno. Cada año, cientos de lactantes llenan los servicios de urgencia y hospitales por cuadros respiratorios graves causados por este virus, que afecta principalmente a bebés menores de un año y que puede ser mortal.
Según el Instituto de Salud Pública (ISP), el VRS sigue siendo uno de los virus más detectados en el país, en todas las épocas del año y, aunque durante la pandemia se redujo de forma importante su circulación, al relajarse las medidas preventivas, el virus volvió con fuerza, evidenciando que el riesgo persiste y que la prevención debe ser prioridad permanente, tanto a nivel ministerial como a nivel familiar.
En este escenario, el año 2024 Chile tomó una decisión histórica, que hoy en día es destacada a nivel mundial: proteger a todos los recién nacidos con nirsevimab, un anticuerpo monoclonal de acción prolongada que funciona como una vacuna al ofrecer inmunidad pasiva contra el VRS durante toda la temporada viral. Los resultados del estudio NIRSE-CL, publicados el 17 de octubre de 2025 en la revista The Lancet Infectious Diseases, demostraron que esta estrategia logró reducir en un 76% las hospitalizaciones por VRS y en un 85 % los ingresos a unidades de cuidados intensivos.
Estos resultados, más allá de las alentadoras cifras para la población nacional en términos de salud, significan que miles de familias no tuvieron que ver a sus hijos hospitalizados, que hubo equipos de salud menos sobrecargados y recursos económicos mejor distribuidos. En otras palabras, nuevamente la evidencia científica nos muestra que la vacunación no es solo una herramienta médica, sino una decisión de humanidad y equidad donde todos los integrantes de la sociedad debemos participar activamente.
Así, Chile se transformó en el primer país del mundo en implementar una estrategia nacional universal en la inmunización contra el VRS, marcando un antes y un después en su prevención y posicionando a la vacunación en el centro de la salud pública moderna: una inversión que salva vidas protege a los más vulnerables y fortalece la confianza de la comunidad en la ciencia.
Por supuesto, el desafío no termina aquí. Es necesario mantener la vigilancia epidemiológica, asegurar una cobertura equitativa en todo el territorio y fortalecer la educación sanitaria para que las familias comprendan el valor de la inmunización, ya que la confianza social en las vacunas se construye con información clara, evidencia sólida y resultados como los que muestra este estudio y son celebrados a nivel mundial.
Hoy, nuevamente se demuestra que el mismo principio sigue vigente: anticiparse a la enfermedad es más efectivo, más justo y humano que tratar sus consecuencias. En un mundo donde la desinformación puede poner en riesgo décadas de avances, el éxito de Chile con nirsevimab es una señal potente: la vacunación salva vidas, transforma realidades, protege a nuestros niños y garantiza un futuro más sano para toda la sociedad.










