El proyecto de ley también debe ser aprobado por la Cámara de Representantes y sancionado por el presidente Joe Biden.
Washington, 08 de Junio de 2021.- Los senadores estadounidenses aprobaron este martes por amplia mayoría un ambicioso plan de inversiones en ciencia y tecnología, presentado como un texto «histórico» para contrarrestar la amenaza económica de China y su modelo «autoritario».
El plan destina más de 170.000 millones de dólares a la investigación y el desarrollo, con especial atención en animar a las empresas a producir semiconductores en Estados Unidos.
Una escasez mundial de estos componentes, fabricados principalmente en Asia, afecta a numerosos sectores claves como la industria automotriz y las comunicaciones, poniendo de manifiesto la importancia de poder producirlos.
El texto se aprobó por 68 votos a favor y 32 en contra en el Senado. Ahora tendrá que ser adoptado definitivamente por la Cámara de Representantes, en una fecha que aún no se fijó, y ser firmado por el presidente Joe Biden.
El mandatario demócrata celebró este martes la adopción del proyecto de ley, afirmando en un comunicado que Estados Unidos está inmerso «en una competición para ganar el siglo XXI».
«Mientras otros países siguen invirtiendo en su propia investigación y desarrollo, nosotros no podemos quedarnos atrás. Estados Unidos debe mantener su posición como la nación más innovadora y productiva del mundo», declaró Biden.
China, en guerra económica con Estados Unidos desde el mandato de Donald Trump, es uno de los pocos temas en los que Biden ha estado de acuerdo con su predecesor republicano y que cuenta con un amplio consenso en el Congreso.
«El proyecto de ley pasará a la historia como una de las cosas más importantes que ha hecho esta cámara en mucho tiempo», dijo el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, en el pleno antes de la votación.
«Quien gane la carrera hacia las tecnologías del futuro será el líder económico mundial, con profundas consecuencias también para la política exterior y la seguridad nacional», añadió.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, lamentó que el plan deje «fuera» algunas medidas, pero finalmente votó a favor. «Desde las cadenas de suministro críticas hasta la propiedad intelectual y la contrainteligencia, aborda cuestiones claves que ayudarán a definir nuestros fundamentos estratégicos durante las próximas décadas», aseguró.
Fundación Nacional de la Ciencia
La inversión propuesta «ofrece una oportunidad para que Estados Unidos dé un golpe, para que responda a la competencia desleal que vemos por parte del Partido Comunista Chino», dijo por su parte el republicano Roger Wicker, número dos de la comisión de Comercio donde se negoció el texto.
Washington acusa a menudo a Pekín de espionaje industrial y de amenazar su seguridad nacional.
El proyecto de ley prevé destinar 52.000 millones de dólares a un plan para aumentar la fabricación nacional de estos componentes.
En su presentación, los congresistas habían destacado que el Partido Comunista Chino estaba invirtiendo «considerablemente, con más de 150.000 millones», en estas tecnologías.
El proyecto estadounidense también autoriza 120.000 millones de dólares en financiación para una agencia gubernamental, la Fundación Nacional de la Ciencia, con el fin de que investigue en áreas claves como la inteligencia artificial y la ciencia cuántica.
También incluye una dotación de 1.500 millones de dólares para el desarrollo del 5G, uno de los principales focos de tensión entre China y Estados Unidos.
El gobierno de Biden lleva meses buscando formas de impulsar la producción nacional de una serie de componentes industriales, como los chips, para reducir su dependencia de los proveedores extranjeros.
El presidente estadounidense emitió una orden ejecutiva en febrero en la que pedía a las agencias federales que estudiaran el asunto en un plazo de 100 días.
El martes, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, elogió la labor del Congreso con Pekín, incluido el plan de acción industrial, para «fortalecer a Estados Unidos».
Las «inversiones en nuestra tecnología, las inversiones en nuestros trabajadores, las inversiones en innovación e investigación y desarrollo, todas esas cosas juntas son la forma en que nos enfrentamos a China desde una posición de fuerza».