Los líderes llamaron a Pekín y Moscú a terminar con sus políticas desestabilizadores y transparentar su capacidad de armamento. También afirmaron que mantendrán su presencia en Afganistán luego del retiro de tropas.
Bruselas, 14 de Junio de 2021.- La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) señaló en una extensa declaración los cinco puntos que marcan sus preocupaciones principales. Estas son: Rusia, China, Afganistán, las «nuevas amenazas» y la urgencia de una mayor cooperación con la Unión Europea (UE).
El apartado de Rusia ocupa el primer lugar en los temas contingentes que atiende la OTAN, ya que según las organización, las acciones «agresivas» de Rusia «constituyen una amenaza a la seguridad Euro-Atlántica» y aseguran que «en las circunstancias actuales» el conflicto en Ucrania es «el primer punto» en la agenda de la Alianza Atlántica.
«La reciente escalada militar masiva y las actividades de desestabilización en y alrededor de Ucrania han incrementado aún más las tensiones y socavado la seguridad», dijeron los 30 líderes de la OTAN en las conclusiones de la cumbre. Además de la guerra de Ucrania, entre las amenazas que supone Rusia para la Alianza se encuentran su integración militar con Bielorrusia, las «continuas violaciones» del espacio aéreo de la organización, el despliegue de misiles en Kaliningrado, así como la «diversificación» de su arsenal nuclear. A lo que se suman sus «intentos de interferir en las elecciones» de los miembros de la OTAN, sus campañas de desinformación y su postura de «mirar hacia otro lado» respecto a los «cibercriminales» que actúan en su territorio.
«No puede haber una vuelta a la normalidad» a las relaciones con Rusia hasta que esta demuestre que cumple con la legislación internacional, aseguraron. Al tiempo que afirmaron que se mantienen abiertos a mantener un diálogo abierto con el Kremlin.
La preocupación china
En cuanto a China, instaron a las autoridades del gigante asiático a «cumplir con sus compromisos internacionales y a actuar de forma responsable en el sistema internacional» y expresaron su preocupación ante las «políticas coercitivas» que aplica Pekín, que consideraron contrarias a los valores de la Alianza.
En el texto, los líderes constatan la «creciente influencia y política internacional de China», que «pueden presentar retos» que la OTAN debe abordar conjuntamente defendiendo «su seguridad e intereses». También apuntan a la rápida expansión del arsenal nuclear de Pekín «con más ojivas y un mayor número de sistemas sofisticados para establecer una tríada nuclear», esto es, la división del arsenal atómico de un país en misiles en tierra, proyectiles transportados por bombarderos estratégicos y cohetes transportados por submarinos nucleares.
«Los aliados urgen a China a comprometerse de forma significativa con el diálogo, la construcción de la confianza y medidas de transparencia en torno a sus capacidades y doctrina nuclear. Una transparencia y entendimiento recíprocos beneficiarían tanto a la OTAN como a China», concluyen los aliados en sus conclusiones.
Apoyo a Afganistán
Sobre Afganistán, los líderes de la OTAN se comprometieron a seguir financiando las fuerzas de seguridad de ese país tras completar la retirada militar aliada, la cual se espera concluir antes del próximo 11 de septiembre.
«La OTAN seguirá proporcionando entrenamiento y apoyo financiero a las Fuerzas de Defensa Nacional y Seguridad Afganas, también a través del Fondo Fiduciario del Ejército Nacional Afgano», señalan los mandatarios en el comunicado que aprobaron durante la cumbre que celebraron hoy (14.06.2021) en la sede de la Alianza, en Bruselas.
«Retirar nuestras tropas no significa terminar nuestra relación con Afganistán. Ahora abriremos un nuevo capítulo. Afirmamos nuestro compromiso para seguir junto a Afganistán, su pueblo y sus instituciones en la promoción de la seguridad y la defensa de los avances logrados con gran esfuerzo en los últimos veinte años», dicen los líderes. Además, indican que siguen respaldando el proceso de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes, y pide a todas las partes interesadas ayudar al país asiático a «promover una solución política duradera inclusiva que ponga fin a la violencia, proteja los derechos humanos de los afganos y garantice que Afganistán nunca más sirva como un refugio seguro para terroristas».