Este domingo comienza un proceso inédito e histórico en nuestro país. Por primera vez una Convención Constitucional, tiene como tarea fundamental redactar una nueva Constitución, que regule la vida nacional por al menos los próximos 40 años.
Un proceso surgido del estallido social de octubre y de un acuerdo político posterior, que encamino este proceso constituyente dentro de un esquema paritario, con escaños reservados y participación independiente.
Una parte mayoritaria del electorado voto a favor de este proceso en el plebiscito de octubre, y además voto porque no fuesen los actuales parlamentarios quienes estuvieran a cargo de este proceso. Un actor preferente en este proceso se jugo por la opción rechazo, el Gobierno. Se defendió 30 años de democracia tutelada y un modelo económico neoliberal que ha sido el propulsor de las profundas diferencias sociales y económicas que enfrenta nuestro país.
Y es el Gobierno el encargado de facilitar la instalación de la Convención Constituyente, proporcionar toda la logística, para el desarrollo de este proceso. Desde el poder Legislativo se aportó la sede Santiago del Congreso Nacional, y desde el ejecutivo los recursos materiales para su habilitación.
Son 155 constituyentes que deberán en un plazo de 9 meses efectuar su trabajo, y someterlo a la aprobación de la ciudadanía en un plebiscito de salida con voto obligatorio. Durante los últimos días hemos sido testigos de como se han ido perfilando las distintas sensibilidades entre los constituyentes lo que da una idea del difícil trabajo que deben abordar.
La complejidad de la instalación recae básicamente en el hecho que se debe escoger una Mesa, en una primera instancia surgieron nombre como Elisa Loncón representante del pueblo mapuche como candidata, pero esto fue evolucionando con otros nombres, luego no solo una mesa con presidente y vicepresidente, además se discute si debe ser provisoria hasta que se redacte el reglamento y más tarde se habló de una Mesa integrada por al menos por 7 constituyentes por un periodo de seis meses.
Un grupo de constituyentes del mundo independiente ha realizado al menos tres reuniones previas, en las cuales han debatido sobre la problemática de la instalación, y desde ahí surgió la crítica al Gobierno por la designación de personeros de la Secretaria Ejecutiva, especialmente desde el mundo mapuche por negar la realización de ceremonias ancestrales en la instalación. Quienes debieran definir estas instancias son los propios constituyentes, y todos las designaciones de los personeros de la secretaria ejecutiva debieran tener la calidad de «interinos», debieran ser ratificados por la propia Convención.
Se ha discutido sobre las asignaciones para asesorías de los convencionales. Este es un punto relevante ya que las materias a discutir son muy variadas y la mayoría debe ser resueltas sobre bases que proporciona el derecho. No todos los convencionales poseen esa expertise, pero este conocimiento existe y esta disponible desde varias fuentes. Esta la Biblioteca del Congreso Nacional, que puede aportar experiencia comparada, también el mundo académico universitario que necesariamente debe aportar conocimiento al proceso, también se debe tener en cuenta la experiencia de otros países, y debieran existir canales para acercar la experiencia especialmente de los países europeos, quienes a pesar de sus naturales diferencias han logrado construir un sólido «Programa Marco» que permite un desarrollo equilibrado de la economía pero con un alto grado de satisfacción de las necesidades que busca superar la ciudadanía.
Este proceso debe ser una gran oportunidad para todos, debemos buscar nuevas reglas para una convivencia que nos permita ese equilibrio con oportunidades para todos. Y debemos aprender que nuestro entorno cambió, hoy se deben tener en cuenta nuevos factores de integración, desde el respeto a nuestras raíces y pueblos originarios, a las minorías étnicas y sexuales, a la paridad de género y a la existencia de un mundo «independiente» que no adhiere a ninguna sensibilidad en especial, pero que si debe tener voz.
Estas discusiones en parte marcarán el discurso de las próximas campañas presidenciales, pero la Convención debe mantener en todo momento la independencia, para que sus discusiones no se vean entorpecidas o cruzadas por intentos de injerencia, de ninguno de los otros poderes del Estado o especialmente del mundo político, pero a la vez estas discusiones deben ser transparentes, de cara a la ciudadanía, en lo posible deberían ser públicas todas las sesiones y estar disponibles en diversas plataformas, para que accedan a ellas el mayor número posible de ciudadanos, ya que hoy existe la tecnología para poder realizarlo.
Y a la vez que los ciudadanos puedan participar a través de canales amplios en las discusiones, no sólo teniendo acceso a las sesiones de las comisiones, también con sesiones en regiones y con la implementación de una oficina que pueda recibir los aportes ciudadanos permanentemente. El desafío esta planteado, ahora los Constituyentes deben trabajar.